Su diseño interior refleja una expresión intencional, él dice que en su casa es donde mejor afincadas están sus creencias sobre la arquitectura. Cuenta con variedad de materiales y diseños relacionados entre si.
Arquitecto y diseñador: Igor Muñoz
Esta edificación ubicada en Cumbayá es la propia vivienda del autor y nos muestra una estrecha relación con el entorno. Una arquitectura que se remite a lo atávico en su estructura y en sus obras, que están en casa.
El Arquitecto y diseñador Igor Muñoz nos presenta su hogar, estudio, su taller, todo en uno, resuelto en una arquitectura multifuncional con rasgos arraigados en sistemas constructivos ya asumidos. Una vivienda enriquecida en el manejo de materiales convencionales, como la piedra, el ladrillo, la madera y el hierro.
Para acceder al interior hay que atravesar un túnel semi-subterráneo de 20 metros de longitud. El dice :“ hay que salir del vientre de la tierra para ingresar al mundo”. Para él es importante “dejar sentir que estás en la tierra, en el vientre materno, el lugar protegido desde el cual viniste y emerges para encontrarte con la luz, la naturaleza expuesta, la lluvia y el sol”.
Su diseño interior refleja una expresión intencional, él dice que en su casa es donde mejor afincadas están sus creencias sobre la arquitectura. Cuenta con variedad de materiales y diseños relacionados entre si.
Algo particular en la estructura es que la casa vuela hacia el exterior e interior. Contiene un volado de seis metros logrado gracias a un contrapeso interior de gran magnitud. Relativo a aspectos más convencionales, vigas y columnas de hierro dan soporte a todo el conjunto.
Para el trabajo, el estudio de Igor es una galería/oficina, y para el resto de la vida, su casa es hogar /taller productivo.