Primer Premio a la Mejor Obra Joven de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo de Lisboa 2008
El proyecto se genera desde una sola pieza prefabricada de hormigón, que puede situarse en el montaje en cuatro posiciones y que resuelve estructura, cerramiento, mobiliario, escaleras, incluso una fachada jardín que es el origen del proyecto.
Localización: La Morita – Tumbaco, Quito – Ecuador
Fecha Inicio Diseño: Febrero 2005
Fecha Inicio Construcción: Noviembre 2005
Fecha Fin Construcción: Agosto 2006
Arquitectos: Jose Maria Sáez Vaquero, David Patrício Barragán Andrade htpp://www.arqsaez.com
Colaboradores: Alejandra Andrade, Arquitecta, Héctor Sánchez, Arquitecto.
Prefebricados: César Izurieta, Ingeniero Estructural
Propietaria: Sra. Desireé Marín
Constructor: Jaime Quinga
Superficie de construcción: 234.00 m2
Créditos Fotográficos: Raed Gindeya (RG), Raúl Yépez, Jose María Sáez (JMS)
El proyecto se genera desde una sola pieza prefabricada de hormigón, que puede situarse en el montaje en cuatro posiciones y que resuelve estructura, cerramiento, mobiliario, escaleras, incluso una fachada jardín que es el origen del proyecto. Por fuera es una retícula neutra que se camufla de valla o de seto. Al interior, cada muro es distinto y se ajusta a sus necesidades de escala, función, posición, etc.
Sin abandonar un rigor y simplicidad extremas, el montaje permite la variabilidad y la adaptación a las singularidades del proyecto. Orden y desorden son compatibles dentro de un mismo sistema.
Los intersticios entre prefabricados convierten al muro en filtro de vegetación y de luz, las rendijas se dejan abiertas en algunos puntos y se cierran en otros con acrílico transparente o translucido y con tiras de madera. Estas mismas rendijas al interior son soporte de piezas de madera que se convierten estanterías, asientos, mesas y escalones.
En el piso superior el mirador abierto se despoja de cualquier elemento secundario, permitiendo el paso del aire y la luz, encuadrando las vistas de las montañas lejanas, concentrándose en su papel de relacionar al usuario con su entorno.
Austeridad liberadora, que permita el goce, lo sensorial, la conexión con la naturaleza.
Arquitectura de síntesis, que se sostenga en un número reducido de leyes propias. Una sola pieza, una sola acción constructiva de apilar. Una arquitectura diluida en la naturaleza, que hacia el exterior es prolongación vertical del jardín y hacia el interior es mobiliario. Un muro en el que convergen el entorno y el usuario.